Fernando Pessoa /Poemas






(Portugal, 13 de junio de 1888 — 30 de noviembre de 1935)





HABLAS DE CIVILIZACIÓN

Hablas de civilización, y de no deber ser,
O de no deber ser así.
Dices que todos sufren, o la mayoría de todos,
Con las cosas humanas puestas de esta manera.
Dices que si fueran diferentes, sufrirían menos.
Dices que si fueran como tú quieres, sería mejor.
Escucho sin oirte.
¿Para qué te querría oir?
Oyéndote nada quedaría sabiendo.
Si las cosas fueran diferentes, serían diferentes: es todo.
Si las cosas fueran como tú quieres, serían sólo como tú quieres.
¡Ay de ti y de todos los que llevan la vida
A querer inventar la máquina de hacer felicidad!


EL PASTOR AMOROSO

El pastor amoroso perdió el cayado,
Y las ovejas dispersáronse por la ladera,
Y de tanto pensar, ni tocó la flauta que trajo para(*) tocar.
Nadie se le apareció o desapareció.
Nunca más encontró el cayado.
Otros, maldiciendo contra él, recogiéronle las ovejas.
Nadie lo había amado, al final.
Cuando se erguió de la ladera y de la verdad falsa, vio todo:
Los grandes valles llenos de los mismos verdes de siempre,
Las grandes montañas de lejos, más reales que cualquier sentimiento,
La realidad toda, como el cielo y el aire y los campos que existen, están presentes.
(Y de nuevo el aire, que le faltara tanto tiempo, le entró fresco en los pulmones)
Y sintió que de nuevo el aire le abría, pero con dolor, una libertad en el pecho.


NO BASTA

No basta abrir la ventana
Para ver los campos y el rio.
No es bastante no ser ciego
Para ver los árboles y las flores.
Es preciso también no tener filosofía ninguna.
Con filosofía no hay árboles: hay ideas apenas.
Hay sólo cada uno de nosotros, como un sótano.
Hay sólo una ventana cerrada, y todo el mundo allá afuera;
Y un sueño de lo que podría verse si la ventana se abriera,
Que nunca es lo que se ve cuando se abre la ventana.


LA ESPANTOSA REALIDAD DE LAS COSAS

La espantosa realidad de las cosas
Es mi descubierta de todos los días.
Cada cosa es lo que es,
Y es difícil explicar a alguien cuanto me alegra eso,
Y cuanto me basta eso.

Basta existir para ser completo.

Tengo escritos bastantes poemas.
He de escribir muchos más, naturalmente.

Cada poema mio dice esto,
Y todos mis poemas son diferentes,
Porque cada cosa que hay es una manera de decir esto.

A veces póngome a mirar a una piedra.
No me pongo a pensar si ella siente.
No me pierdo a llamarle mi hermana.
Pero gusto de ella por ella ser una piedra,
Gusto de ella porque ella no siente nada.
Gusto de ella porque ella no tiene parentezco ninguno conmigo.

Otras veces oigo pasar el viento,
Y hallo que sólo para oir pasar el viento vale la pena haber nacido.

Yo no sé lo que es que otros pensarán leyendo esto;
Pero hallo que esto debe estar bien porque lo pienso sin estorbo,
Ni idea de otras personas oyéndome pensar;
Porque lo pienso sin pensamientos
Porque lo digo como mis palabras lo dicen.

Una vez me llamaron poeta materialista,
Y yo me admiré, porque no juzgaba
Que se me pudiera llamar cualquier cosa.
Yo ni siquiera soy poeta: veo.
Si lo que escribo tiene valor, no soy yo que lo tengo:
El valor está ahí, en mis versos.
Todo eso es absolutamente independiente de mi voluntad.


CUANDO VENGA LA PRIMAVERA

Cuando venga la Primavera,
Si yo ya estuviera muerto,
Las flores florecerán de la misma manera
Y los árboles no serán menos verdes que en la Primavera pasada.
La realidad no precisa de mí.

Siento una alegría enorme
Al pensar que mi muerte no tiene importancia alguna

Si supiera que mañana moriría
Y la primavera fuera pasado mañana,
Moriría contento, porque ella sería pasado mañana.
Si ese es su tiempo, ¿cuando había ella de venir sino en su tiempo?
Gusto de que todo sea real y que todo este bien;
Y gusto porque así sería, incluso si yo no gustase.
Por eso, si muriera ahora, muero contento,
Porque todo es real y todo está bien.

Pueden rezar en latín sobre mi cajón, si quisieran.
Si quisieran, pueden bailar y cantar en rueda a él.
No tengo preferencias para cuando ya no pueda tener preferencias.
Lo que fuera, cuando fuera, es que será lo que es.


CUANDO VUELVA A VENIR LA PRIMAVERA

Cuando vuelva a venir la Primavera
Tal vez ya no me encuentre en el mundo.
Gustaba ahora de poder juzgar que la Primavera es gente
Para poder suponer que ella lloraría,
Viendo que perdiera a su único amigo.
Pero la Primavera ni siquiera es una cosa:
Es una manera de decir.
Ni mismas las flores vuelven, o las hojas verdes.
Hay nuevas flores, nuevas hojas verdes.
Hay otros días suaves.
Nada vuelve, nada se repite, porque todo es real.


VIVE

Vive, dices, en el presente,
Vive sólo en el presente.

Pero yo no quiero el presente, quiero la realidad;
Quiero las cosas que existen, no el tiempo que las mide.

¿Qué es el presente?
Es una cosa relativa al pasado y al futuro.
Es una cosa que existe en virtud de otras cosas que existen.
Yo quiero sólo la realidad, las cosas sin presente.

No quiero incluir al tiempo en mi esquema.
No quiero pensar las cosas como presentes; quiero pensar en ellas como cosas.
No quiero separarlas de sí mismas, tratándolas por presentes.

Yo ni por reales las debería tratar.
Yo no las debería tratar por nada.

Yo debería verlas, apenas verlas;
Verlas hasta no poder pensar en ellas,
Verlas sin tiempo, ni espacio,
Ver pudiendo dispensar todo menos lo que se ve.
Es esta ciencia de ver, que no es ninguna.


HOY DE MAÑANA

Hoy de mañana salí muy temprano,
Por haber despertado todavía más temprano
Y no haber nada que quisiese hacer...

No sabía por qué camino tomar
Pero el viento soplaba fuerte, barría para un lado,
Y seguí el camino para donde el viento me soplaba en las espaldas.

Así ha sido siempre mi vida, y
Así quiero que pueda ser siempre —
Voy adonde el viento me lleva y no me
Siento a pensar.

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