Cirrosis hepática /II y última



Información básica /Parte II y última



¿Cuáles son los signos y síntomas de la cirrosis?

El principio de la cirrosis es por lo general silencioso siendo muy pocos los síntomas específicos. A medida que se acumula el daño en el hígado, pueden aparecer los siguientes síntomas:

-Pérdida de apetito.
-Malestar general.
-Náusea y vómitos.
-Pérdida de peso.
-Agrandamiento del hígado.
Ictericia o coloración amarilla de la piel y la parte blanca de los ojos, debido a la acumulación de la sangre cuando el hígado no es capaz de eliminar bien la bilis.
-Prurito o picazón.
-Ascitis o líquido en el abdomen, por mala circulación de la sangre en el hígado.
-Vómitos con sangre, por ruptura de venas (várices) en la parte baja del esófago.
-Hipersensibilidad (sensibilidad aumentada) a los medicamentos, provocada por mal funcionamiento del hígado.
-Encefalopatía o cambios del estado de conciencia, los que pueden ser sutiles (confusión) o profundo (coma).

El diagnóstico de la cirrosis puede ser inesperado. Una persona puede presentarse al médico con síntomas que no aparezcan de enfermedad hepática y luego de un examen físico y análisis de sangre descubrir que tiente cirrosis.

¿Cuál es el tratamiento para la cirrosis?

El tratamiento en esta etapa, siguiendo adecuadamente las recomendaciones de su médico, puede llevar a una mejoría de los síntomas, con lo que el paciente puede llevar una vida y actividades normales.
Cuando la cirrosis no es descubierta a tiempo, el pronóstico puede ser menos favorable con respecto a tener una mejoría y las complicaciones como la ascitis y la hemorragia son más frecuentes.
El tratamiento depende del tipo de cirrosis que padezca la persona, el tiempo que haya durado la enfermedad y el daño permanente que haya sufrido el hígado. Algunas veces el daño que sufre el hígado se puede corregir si se encuentra la causa específica de la cirrosis y se da el tratamiento adecuado, pero cuando la insuficiencia hepática está avanzada, muchos tipos de cirrosis requieren un transplante de hígado. Por ello acuda cuanto antes a consultar a su médico.

¿Como puede afectar la cirrosis a otras enfermedades que yo padezca o su tratamiento?

La responsabilidad del hígado por el funcionamiento adecuado de todo el organismo es tan grande que una enfermedad crónica del hígado puede modificar las respuestas de su organismo a una variedad de enfermedades. El funcionamiento anormal del hígado en la cirrosis puede:
-Afectar la dosis de medicamentos requeridos para el tratamiento de otras enfermedades.
-Afectar el tratamiento de la diabetes.
-Afectar la respuesta del organismo a la infección.
-Alterar la tolerancia a procedimientos quirúrgicos.
Los pacientes con cirrosis son propensos a desarrollar infecciones bacterianas, trastornos en el funcionamiento del riñón, úlceras estomacales, cálculos en la vesícula, cierto tipo de diabetes y cáncer del hígado.

¿Cómo puedo yo evitar la cirrosis?

-No beba en exceso
-Evite ingerir bebidas alcohólicas. El alcohol destruye las células del hígado. El grado de regeneración de las células del hígado varia de persona a persona. Un daño previo al hígado por virus desconocidos o sustancias químicas puede afectar el proceso de regeneración.
-Tome precauciones al manipular productos químicos.
El hígado tiene que procesar mucho compuestos químicos que no existían en el pasado. Se necesitan más investigaciones para determinar el efecto de estos compuestos. Cuando use productos químicos en su trabajo, al limpiar su casa o al trabajar en el jardín tome las siguientes precauciones:
-Asegúrese de que haya buena ventilación.
-Use el producto siguiendo las instrucciones.
-Nunca mezcle substancias químicas.
-Evite el contacto de estas substancias con su piel, pues se pueden absorber a través de ella y lávese prontamente si esto ocurre.
-Evite inhalar substancias químicas.
-Use ropa que lo proteja.
-Busque ayuda médica.
-Manténgase bajo cuidado médico si desarrolla una hepatitis viral hasta que su mejoría esté asegurada.
El hígado es un órgano grande, con gran reserva funcional, capaz de seguir desempeñando sus funciones vitales aunque esté dañado. También tiene la capacidad de repararse a sí mismo en cierto grado. Las células que mueren pueden se reemplazadas por otras nuevas. Si la causa de la cirrosis puede ser eliminada, estos factores ayudan a tener cierta mejoría y a desempeñar una vida normal.
La ciencia ha abierto muchos y excitantes caminos para la investigación, pero mucho más queda aún por hacer para encontrar tratamientos eficaces para más de cien diferentes enfermedades hepáticas y ayudar a millones de personas que sufren de ellas.

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